sábado, 4 de junio de 2011

NARRACION DE UNA HISTORIA FICTICIA

¿QUIEN  ROMPIO LA IMAGEN?

Era una mañana común en el que los gritos de mi padre se escuchaban al llamarme, como cada mañana para ir a trabajar que consistía en darle de comer a los cochinos, borregos y gallinas. Con solo 9 años solo pensaba en tomar mi charpe y salir con mis amigos a matar iguanas,  a regañadientes me levante buscando  primeramente mi sombrero y mis huarachos hechos de cueros de vacas, que aunque desgastados me acompañaban y me apoyaban en mi andar.
Despues de cumplir con mis deberes y tomar un poco de café negro, caminar por el sendero sintiendo en mis pies las gotas del rocío y el aroma a tierra mojada por la lluvia que había caído. Despues de caminar y brincar unos charcos, llego al convento que mas que estudiar letras,  solo iba por jugar.

Cuando salía del convento y después de estar unas horas en mi casa, llegada la tarde debía cumplir con otro deber que no entendía si era por obligación ya que mi madre quería que fuera monaguillo  o por el gusto de platicar con Don Miguel que así le llamaba yo por ser mi amigo aunque todos le llamaban Señor Cura.
Todos los días antes de entrar a la iglesia, miraba en lo alto de las torre las grandes campanas y soñaba con poder tocarlas y espantar las palomas que ahí vivian, pero como dice Don Miguel para eso aún te falta fuerza, coraje y fé. No sabía que me quería decir pero supongo que si lo comprendía muy bien.
Al entrar a la iglesia percibía el aroma de las velas encendidas, pero queyo ya estaba acostumbrado, recorría las bancas y miraba las imágenes que estaban y preguntándome ¿porque llegaba tanta gente a verlas? ¿ Que tenían de especial? Y ¿porqué Don Miguel platicaba con ellas?
Despues de preguntarme tantas cosas le gritaba a Don Miguel el cual salía regañándome
_ ¡No grites chamaco que estas en la casa de Dios, ya te he dicho que no grites!
Otra de mi tantas preguntas ¿Porqué al padre lo iban a visitar todas las personas del pueblo, la mayoría eramos pobres, ya que la gente de los carruajes solo entrabamos de vez en cuando. ¿Cómo le hacia para escuchar a todos? ¿No se aburriría? Mi madre quería que yo fuera cura, pero viéndolo bien creo que sería un fastidio, mejor sigo cuidando pollos y cochinos.
Como en muchas tardes el cura se reunia con unos uniformados y hablaban de la libertad y de la injusticia, no sabía que significaba esta última palabra y tal vez por no poner atención en las clases.
Cuando Don Miguel Hidalgo me veía me mandaba cambiarle el agua a los floreros y a limpiar las bancas y solo escuchaba en el eco  sus voces.
Al salir los uniformados veía en las arrugas de Don Miguel y en las manchas de sus manos el coraje, yo mejor me hacia el desentendido no vaya a querer desquitarse conmigo ya que su cabello cano y blanco como el algodón se ponía verde como el pasto que le daba a los burros.
Cierta tarde vi al padre salir corriendo y yo fui detrás de el sin preguntarle nada… solo fui detrás de el lo vi con una imagen de la virgen cortada y colgada en unos palos y me dije
_ ahora si se le metió el chamuco_,  vi que salió de la iglesia y comenzó a tocar las campanas y me pregunté: _ Chin….. alguien rompió la imagen y los va a regañar a todos a ver si no me hecha la culpa a mi…_
Escuche que le gritaba a todos que teníamos  que luchar por la libertad y la igualdad, que no se querían mas  injusticias y tantas palabras raras que no lograba comprender.
De un momento a otro todo el pueblo se reunió y traían antorchas, palos, machetes, escopetas y gritaban todos como locos y Don Miguel  gritándoles y hablando con ellos y yo pensaba: “pobre del que rompió la imagen”.
Todo el pueblo estaba reunido, sus pies descalzos y sus manos de campesino, sujetaban la armas, yo solo me junte para ver que pasaba, después se dirigieron  a otro lugar para empezar una batalla que después les contaré……..

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